Voy a empezar este post recordándonos algo muy importante: CADA CUERPO ES DIFERENTE. Lo que le pasó a nuestra amiga o vecina, no necesariamente nos tiene que pasar a nosotros. Llevaba 9 meses preparándome arduamente para la llegada de Lisa y en efecto, tomé todos los cursos posibles, leí todo lo que estaba a mi alcance, pero bien me dijo una amiga: “Hasta que lo vivas entenderás”.

Creo que es muy importante estar informadas al 100% sobre la lactancia, es muy importante consultar a especialistas para que te guíen, y sobre todo para que te echen porras. Sin Irene García y sin Vane no lo hubiera logrado. He aquí mi historia.

Resulta que cambié de pediatra 5 veces ya que todos me decían que la fórmula no era enemiga, así que encontré a uno que entendió mi sentir y me apoyó. Desde ahí me documenté y juré que al nacer Lisa, los litros de leche correrían por mí, y no tendría que vivir la experiencia ni de mi vecina, ni de mi amiga que me habían dicho que no pudieron lactar. Yo pensé que conmigo todo sería diferente. Se me olvidaba algo, las cosas no salen como uno siempre planea.

Las primeras horas con Lisa me bastaron para entender que desarrollaría mi paciencia al 100% y que no me rendiría ante mi decisión pro lactancia. En efecto me salían gotitas de calostro pero mi hija no paraba de llorar. Presionada por todos accedí a que le dieran fórmula “mientras me bajaba la leche”. Me sentí frustrada, pensé que todo lo que había aprendido no aplicaba conmigo y me dije: “bueno, tal vez a ti no te va a bajar la leche”.

Hablé con Irene para contarle mi situación, y me dio la fuerza y las herramientas necesarias para decir “SÍ, PUEDO”. No les miento, mi leche no bajó hasta el cuarto día, pero no bajó de la forma más amable. Se me llenan los ojos de lágrimas (de dolor) de sólo acordarme como fue. Resulta que cuatro días después de haber tenido a mi pequeña, mis boobs eran unas piedras enormes muy dolorosas. Me ponía en agua caliente como me habían recomendado, me ponía compresas, masajitos y nada. Hasta que llegó mi buena amiga Jane (especialista en masaje) a decirme: “Lo siento querida te tengo que reventar esas bolas para que te baje la leche”. ¿Qué?, ¿de qué hablas? no entendía nada, pero era tanto mi dolor que accedí.

Imagínate una escena del terror en donde Laura (ósea yo), estaba agarrada con todas sus fuerzas de un barandal mientras que Jane me reventaba unas bolas dolorosas que se habían formado en mi pecho (la peor escena que he visto) y de repente como por arte de magia comenzó a caer la leche. Yo lloraba de felicidad, quería gritarle a los cuatro vientos que por fin había “bajado mi leche”.

Hablando con mi asesora de lactancia Vane, me dijo que eso no era necesario. El problema lo había ocasionado yo, porque solita iba a bajar… solo era cuestión de tiempo. Y claro recordé esa maravillosa frase que dice: “A mayor succión, mayor producción”. Debí haberme pegado más a mi bebé, o estimular con el saca leche para que no se me formaran las bolas esas (que no llegó a ser mastitis). Pero ya había vivido eso y estaba feliz de saber que mi hija podría comer perfectamente.

¿La lactancia es agotadora? Sí, no les voy a mentir. Lisa me pide comida cada 3 horas, durante el día pareciera que lleva un reloj interno con una puntualidad bárbara. Por lo que me permite poder hacer otras actividades. Sin embargo en la noche pareciera que su reloj se descompone y me pide cada vez que a ella se le antoje y ahí estoy desvelándome con ella, disfrutando cada sorbo y degustación.

Me he ido enamorando de la lactancia día a día, he gozado cada momento junto con ella. ¿Cuánto tiempo pienso practicar la lactancia? No lo sé, no me voy a precipitar a poner una fecha. Dejaré que fluya día a día, como bien me dijeron: “La lactancia es un día a la vez”.

No pertenezco a la liga de la leche, no soy una experta en lactancia, no critico a las que prefirieron dar formula, ni tampoco me asusta cuando alguien dice que solo dio el calostro. Creo que cada mujer tiene una historia con la lactancia, y hay que respetarla. Yo elegí la lactancia exclusiva porque estoy convencida de que es lo mejor para Lisa. Y cuando a las 4 am se levanta pidiendo comer y yo tengo un sueño profundo he pensado en darle formula pero a los 2 seg digo “vamos Laura, dale el mejor alimento que puedes darle” y me levanto con todo mi amor a darle de comer.

Por el momento vamos mucho mejor, cada día es una nueva aventura. Lo importante aquí es irlo disfrutando momento a momento ya que algún día ella ya no comerá de mi y añoraré estos momentos. Estoy segura que cada una de ustedes tiene o tuvo una experiencia con la lactancia, algunas positiva otras negativa. Lo único que puedo decir es que la información es poder y actualmente hay muchas mujeres apoyándonos para poder practicar la lactancia, eso me emociona ya que siempre he dicho que si las mujeres nos unimos para bien podremos lograr grandes cosas. ¿ Cuál es tu historia?

PD 1 Y eso que aun no me ha llegado la famosa crisis de crecimiento…¡ pero ya estoy informada!

PD2 La primer semana de Agosto es la semana mundial de la Lactancia, y en www.proyectomamas.tv la celebramos

PD3 INFORMACIÓN ES PODER

PD 4 La lactancia no debe doler… si duele es que lo estamos haciendo mal.

PD5 Lisa va creciendo día a día , y no saben mi emoción de tenerla conmigo.