A casi todas nos pasa. Tu bebé se ha quedado profundamente dormido en tus brazos pero en cuanto lo pasas a sus cuna; se despierta. Lo cual nos lleva a preguntarnos: “¿Por qué mi bebé quiere dormir conmigo?”. Y resulta, que la respuesta es simple.

Los bebés pequeños entienden el mundo de una manera muy sensorial. De hecho los estudios demuestran que incluso el más pequeño de los bebés puede saber por el olor si están siendo sostenidos por uno de sus padres o por otra persona. Este tipo de procesamiento se puede relacionar directamente con porqué tu bebé quiere estar contigo todo el tiempo, especialmente mientras duerme.

Según el Dr. Gary Kramer, un pediatra con sede en Miami, Florida, a los primeros tres meses de vida de un bebé a menudo se les conoce como “el cuarto trimestre”. “La implicación aquí, es que los bebés continúan perpetuando el vínculo desarrollado en el útero durante los nueve meses de embarazo”. Algunas investigaciones han sugerido que dormir en el pecho de una madre en particular se asocia con menor frecuencia cardíaca, mejores ciclos de sueño y una reducción en la ansiedad para el bebé.

Pero algo que siempre debemos tomar en cuenta al permitirles dormir con nosotros, es su seguridad. Hay una diferencia clave entre la cama compartida y co-dormir seguro.

El compartir la cama puede poner a tu bebé en riesgo de síndrome de muerte infantil súbita (SIDS) y otros peligros durante el sueño, como asfixia. Pero, co-dormir seguro, como tener a su bebé en una cuna o cuna cerca de su propio espacio de sueño (una cuna colecho), no sólo es completamente seguro, sino también recomendado.

Cuando duermes lo suficientemente cerca de tu bebé para que lo puedas ver, oír, tocar u oler, se llama co-dormir. Aunque la cama compartida es una forma de dormir juntos, la Academia Americana de Pediatría ha recomendado dormir juntos sin compartir la cama.

Definitivamente hay una razón legítima por la que a tu bebé le gusta dormir sobre ti: ¡eres su espacio seguro! Y en su mente, no hay brazos más cómodos, seguros y confiables, que los de mamá… y en segundo lugar los de papá.