El oído de nadador, es una inflamación del conducto auditivo externo. Se produce cuando entra agua en el oído, usualmente al nadar o bañarse, y no se drena adecuadamente. Cuando esto ocurre, el conducto se irrita y se infecta.

Los niños con esta condición se quejan de picazón o dolor en el oído, este último sobre todo cuando la cabeza o el oído mismo se mueve. A medida que el conducto se inflama, la audición disminuye. El oído infectado puede supurar pus amarillenta.

Hay que examinar el conducto auditivo con el otoscopio para hacer el diagnóstico.

Además, trata de mantener el conducto auditivo de tu hijo lo más seco posible durante el proceso de curación, lo que significa retrasar el lavado y la aplicación de champú hasta que la inflamación haya desaparecido. O poner algodón durante el baño, claro hay que evitar las albercas.

Una vez que un niño tenga una infección de oído de nadador, debe tratar de prevenir incidentes futuros. Para ayudar a evitarlos, tu hijo debe poner gotas en los oídos después de nadar, ya sea una solución de alcohol al 70 por ciento o una mezcla de la mitad de alcohol y la mitad de vinagre blanco; indicado por tu pediatra u otorrinolaringólogo. Además, secar los oídos con una toalla inmediatamente después de la natación o del baño.

Al agua patos!!