La mayoría de los padres piensan que el riesgo de ahogamiento en el agua, se acaba cuando su hijo sale de la piscina o el mar. Sin embargo, el peligro puede permanecer incluso después de que el tiempo de natación de un niño haya terminado.
Aunque los incidentes de ahogamiento en seco y secundario son raros, pueden ocurrir en cualquier lugar incluso hasta 24 horas después del incidente.

A continuación te presentamos algunos de los signos comunes de estos tipos de ahogamientos, descritos por Mark A. Mitchell, médico de medicina de emergencia en Chicago, quien además proporciona consejos para mantener a tus hijos y a ti a salvo.

Ahogamiento Seco y Secundario: ¿Cómo sucede?
Puede ocurrir después de inhalar el agua por la nariz o la boca. En casos de ahogamiento en seco, el agua provoca un espasmo en las vías respiratorias, lo que provoca que ésta se cierre y eso impacte la respiración. Mientras que el tardío o secundario ocurre cuando los nadadores han llevado agua a sus pulmones. El agua se acumula con el tiempo, eventualmente causando dificultades respiratorias.
¿Cuáles son las señales de advertencia?
Mientras que los síntomas del ahogamiento seco ocurren típicamente justo después de un incidente de agua, los síntomas de ahogamiento secundario pueden aparecer horas después de una experiencia de ahogamiento cercano. Si tu hijo recientemente ha tenido una experiencia cercana al ahogamiento o tragado una gran cantidad de agua, el Dr. Mitchell sugiere observar si presenta alguna de estas señales:

– Dificultad para respirar, Tos, Somnolencia o caída del nivel de energía, Irritabilidad, Dolor de pecho y Vómito.

¿Cómo prevenirlo?
De acuerdo al  Dr. Mitchell, estas son algunas formas de cuidar a tus hijos:
– Enséñales sobre seguridad en el agua, incluyendo no bucear en aguas profundas y nadar solamente en áreas con salvavidas.
– Ayuda a tus hijos a aprender a nadar lo antes posible.
– Asegúrate de que las piscinas estén debidamente protegidas.
– Advierte a los adolescentes del riesgo de nadar bajo la influencia de drogas y alcohol.
– Nunca dejes que los niños naden solos. Vigílalos cuando los veas nadar o jugar en zonas con agua, no importa se se trata de piscinas de plástico o bañeras.