Si de verdad deseas un parto natural, no medicado o de baja intervención. Entonces mira estos tres sencillos consejos que puedes realizar si antes de ir al hospital estás en casa y sobre todo, en calma.

Movimiento:

Caminar, mecerte, sentarte, balancearte y cambiar de lado mientras descansa puede ayudar a su cuerpo a trabajar con sus contracciones mientras que la gravedad y la movilidad ayudan al bebé a moverse hacia el canal del parto. Además, el movimiento alivia la tensión y le da a tu mente algo para enfocarse en lo que no sea el dolor. Es mucho más fácil usar el movimiento en casa sin las restricciones y los límites de la hospitalización.

Agua caliente:

Las compresas calientes, las duchas y los baños son el mejor amigo de una mujer que entró en labor de parto. El agua caliente alivia el dolor y permite que los músculos de la espalda, el vientre, las piernas y el perineo se relajen mientras el útero hace su trabajo. Si no tienes una tina profunda, una ducha acompañada de compresas calientes en una espalda dolorida y el vientre son trabajadores del milagro.

Pasar el trabajo de parto temprano en una tina es perfecto. Aunque por un rato puede alargar el tiempo entre las contracciones, no es para preocuparse, ya que éstas se acelerarán bastante pronto. Muchos hospitales, ya tienen en su área de maternidad bañeras o jacuzzis, así que no dudes en preguntar cuánto sería el gasto extra.

Relajación profunda:

La respiración rítmica, la meditación, la auto hipnosis y otras técnicas de relajación son excelentes herramientas para todas las etapas del parto, pero son más fáciles de manejar cuando no se interrumpen. Una vez que estés en el hospital, la enfermera revisará con frecuencia tus signos vitales, conectará monitores, extraerá sangre y realizará otras intervenciones que pueden chocar con tu Zen. Por lo cual, haz todo lo posible en casa para llegar más relajada: puedes encender velas, cerrar los ojos, seguir tu respiración, meditar y crear un ambiente que promueve la relajación.

Si tus contracciones son tan fuertes que estas técnicas de relajación no ayudan, entonces lo mejor es que ahora sí te comuniques con tu médico, porque significa que ha llegado la hora de ir al hospital.