Tomar suplementos de vitamina D durante el embarazo puede proteger al bebé de la posibilidad de desarrollar asma, según un estudio publicado en la revista Allergy and Clinical Immunology. El estudio encontró que los suplementos podrían modificar positivamente el sistema inmunológico del feto y podría protegerlo contra el asma y las infecciones respiratorias.

Los investigadores del King’s College de Londres vieron que al tomar un suplemento vitamina D3 al día, durante el segundo y tercer trimestre del embarazo, afectaba de forma positiva el sistema inmune del recién nacido.

Las voluntarias fueron asignadas al azar y debían tener de 10 a 18 semanas de embarazo. Recibieron una dosis alta o baja de vitamina D. Al nacer, se tomó sangre de los cordones umbilicales de los recién nacidos y se le hicieron pruebas para medir su sistema inmune innato, que es la primera forma que el bebé tiene para defenderse de la infección.

Descubrieron que las muestras de sangre de bebés nacidos de madres suplementadas con dosis más altas de vitamina D3 tenían respuestas inmunes más fuertes que protegen a los recién nacidos de esta enfermedad. Dado que las fuertes respuestas inmunológicas están asociadas con una disminución en el riesgo de desarrollar asma, los investigadores creen que los bebés tendrán una mejor salud respiratoria durante la infancia.

“La mayoría de todos los casos de asma se diagnostican en la primera infancia, lo que implica que el origen de la enfermedad se origina en la vida fetal y temprana”, dijo la investigadora principal, la profesora Catherine Hawrylowicz. También recomendaron consumir alimentos que tengan esta vitamina, como lácteos, huevos y hongos.

También se ha encontrado que la vitamina D combate el riesgo de trastorno de déficit de atención hiperactiva (TDAH) en niños pequeños. Investigadores daneses estudiaron las cuerdas umbilicales de los bebés y pidieron a las madres que anotaran el comportamiento de sus hijos cuando tenían dos años y medio de edad. Las madres que habían tomado vitamina D durante el embarazo, y cuyos cordones umbilicales contenían altos niveles, reportaron significativamente menos síntomas de ADHD en sus hijos.