¿Quien no se ha enterado de casos donde papás les dan “un traguito” de cerveza u otra bebida alcohólica a sus hijos para que la prueben? O muchas veces llegamos a permitirles que beban un poco a partir de los 16 o 17  para que “se vayan preparando.

Aunque parezcan situaciones muy inocentes, lo cierto es que les hacemos mucho daño. Una vez que los jóvenes empiezan a tomar alcohol incluso en pequeñas cantidades, las células del cuerpo se acostumbran a esta sustancia, causando dependencia física y mental a lo largo de los años.

El alcohol causa anormalidades de comportamiento y neurológicas, así como daños a muchas partes del cuerpo incluyendo el hígado, el corazón, el páncreas, los nervios y el cerebro, entre otros.

Los niños desarrollan efectos adversos tempranos y más severos debido a esta sustancia por la menor masa muscular en comparación con adultos. El hígado de un niño tampoco es lo suficientemente maduro como para desintoxicar el alcohol consumido.

Las células cerebrales también se ven afectadas por éste, incluso en pequeñas cantidades. Esto conduce a problemas de aprendizaje y anomalías de comportamiento. Por lo tanto, cuando son adolescentes, puede haber enfermedad hepática irreversible o problemas de salud crónicos como diabetes, hipertensión, enfermedades del corazón y más.

Junto con el crecimiento, el sistema endocrino de un niño también madura. La alteración hormonal causada por el alcohol conduce a la atrofia testicular, a la impotencia sexual y a la ampliación del pecho en muchachos incluso antes de crecer. Del mismo modo, las niñas adolescentes pueden tener trastornos menstruales y esterilidad cuando crecen. Y ambos sexos pueden sufrir desnutrición, ya que esta sustancia provoca que los nutrimentos en los alimentos no se absorban correctamente.

Es vital prestar la debida atención a la nutrición de un niño o joven que comienza a beber alcohol. Su dieta debe ser equilibrada, con frutas frescas, verduras, granos enteros, leche, huevos. Actividades al aire libre y deportes también son útiles y mantenerlo ocupado en actividades creativas, puede lograr alejarlo de esta sustancia.