En un principio cuando mi hija recién nacida llegó a casa, la colocamos en una cuna de viaje a un lado de la cama y tenía su recámara con su cuna. Sin embargo, eso resultó ser una mala idea, pues yo tenía una cesárea y estaba dando el pecho, así que eso de incorporarme cada que se despertaba no solo era doloroso, era tardado, y terminaba despertando a toda la colonia de igual forma.

Mi marido al principio no quería que nuestra hija durmiera en nuestra cama, creo yo que más que por seguridad, era por ideas arcaicas en su cabeza. Yo solo le dije “perfecto que duerma en otro cuarto, pero cuando ella despierte siempre la vas a traer TÚ”. Porque todos queremos sacrificar a madaleno, pero cuando eres tú el que se ch*nga pues ya no parece tan buena la idea.

Mi hija actualmente está a punto de cumplir 5 años y JAMÁS, JAMÁS, JAMÁS ha dormido sola en la cama de esa recámara. De haber sabido, me hubiera gastado esa lana en otra cosa mariposa, pero uno es iluso e inocente al ser primerizo.

Continúo mi relato, cuando la cuna viajera no fue la solución, pasé a mi hija recién nacida a una almohada de pluma de ganso en medio de nosotros. Estaba ligeramente más alta que nosotros del nivel de la cama y ahí estuvo hasta que de plano ya no cupo, entonces quitamos la almohada y comenzó a dormir entre nosotros. Teníamos una cama que en aquel entonces yo desarrollé un sueño súper ultra ligero, ¡es increíble! Casi podría decir que cada noche si suspiraba yo me enteraba y hasta podía precisar cuántas veces JAJAJA. ¡En verdad increíble!

Finalmente compramos una cama individual y la colocamos a un lado de la cama Queen, creo que ya tendría un año mi hija cuando ocurrió esto. Yo había mandado a hacer unos cojines especiales que cabían perfectamente entre las uniones de las dos camas, pues en ese tiempo un caso muy sonado se abría paso en los noticieros con resultados increíblemente desastrosos: “una nena muere al caer enredada entre sus cobijas en una hendidura de su cama”, ¡HORRIBLE! imagínate, así que yo resolví eso INMEDIATAMENTE.

Posteriormente cambiamos nuestra recámara a una cama King size y la cama individual de mi hija permaneció pegada a la nuestra, por lo que mi cama se extiende por tres metros y puedas dar vueltas y vueltas y más vueltas. Pienso que todos debemos encontrar soluciones creativas que favorezcan a nuestra familia, pueden ser infinitas, como infinitas familias haya.

Para mí el colecho ha resultado maravilloso, ahora esperamos al siguiente integrante en nuestra familia y seguramente también encontraremos soluciones que se adapten a este nuevo bebé.

No puedo decir que jamás tuve un accidente con nuestra hija en cama, ni que nuestra vida sexual no tuvo altibajos, pues esos se tienen duerman tus hijos contigo o no. Alguna vez se cayó de la cama increíblemente, nunca con resultados desastrosos, fuera del susto para todos.

Tal vez hubiera dejado mi cama en el suelo y eso habría solucionado esa posibilidad, pero uno está tan enajenado que no concibes irte al suelo. Sobre todo porque nosotros estuvimos con la cama matrimonial en el suelo por años. Y cuando nos empezó a ir mejor económicamente finalmente compramos una linda recámara Queen (que nos tomó meses escoger), por eso para mi marido fue un shock el día que le sugerí la idea de cambiar nuestra cara recámara por un colchón King size. En fin, ustedes averigüen que les resulta mejor. Pero eso sí, no pongan de pretexto a sus hijos por su falta de vida sexual, pues la verdad eso es solo negligencia de la relación, ya que hay más habitaciones casi siempre en las casas y siempre, siempre depende de nuestra actitud y de nuestro aletargamiento. Así que a disfrutar a tu familia y echarle todas las ganas. ¡A ser feliz!


Por: Eyleen Hidalgo