Hace aproximadamente un mes, en el Centro de Investigación Longitudinal de la Universidad de Auckland, en Nueva Zelanda, se encontró que la mitad de los hombres que se convierten en padres sufren o presentan algunos síntomas de depresión posnatal.

En los resultados aseguran que 1 de cada 25 hombres, comparado con 1 de cada 12 mujeres, son propensos a sufrir depresión igual que las madres.

Afirman que uno de estos 25 hombres que se convirtieron en padres sufrió de depresión entre el tercer trimestre del embarazo y los nueve meses después del nacimiento de su bebé.

A dichos hombres que tuvieron esta depresión, se les hizo seguimiento y sus casos se midieron con la Escala de Depresión Posnatal de Edimburgo, con solo 10 preguntas se identificaron con algunos síntomas que presentan las madres:

  • Sentimiento de culpa.
  • Perturbación de sueño.
  • Baja energía.
  • Pensamientos suicidas.

De acuerdo a la directora de este estudio, Lisa Underwood, declaró: “No hay una rutina de chequeo para los padres antes o después del nacimiento de sus hijos. El hecho de que la depresión paternal tiene efectos directos e indirectos en los niños hace importante que reconozcamos y tratemos los síntomas entre lo hombres en una etapa temprana”.

Algunos padres prefieren guardar silencio, para no preocupar a sus parejas, sin embargo, suele ser un arma de doble filo para el matrimonio y para su hijo, ya que sufren en silencio, por lo que es necesario cambiar la idea de que los hombres no pasan por los mismo síntomas que una madre.

El doctor Andrew Briggs, psicoterapeuta infantil, asegura que durante los últimos 30 años ha tratado a más de 400 hombres con depresión posnatal. Aunque afirma hay varios tipos de depresión, se encuentran en un “veto ridículo”.

“Los servicios de salud están todavía muy centrados en la madre. Los hombres no son vistos como una parte igualitaria en el rompecabezas de la familia. Le estamos fallando a muchos hombres en todo el mundo”.

En caso de estar pasando por una situación similar, es necesario acudir con un especialista que oriente a la familia, la cual debe ser comprensiva, amorosa y apoyarse mutuamente, ya que el proceso de ser padres es una responsabilidad que pocos ven como una situación de iguales.