Esta historia tiene un final motivador, se trata de un pequeño llamado Sol Smith-Ryan a quien a los diez días de nacido le fue amputado su brazo izquierdo, debido a que los médicos descubrieron un coágulo de sangre en su extremidad y no hubo más remedio que cortarlo.

Su padre Ben Ryan, decidió crearle una prótesis, ya que le resultaba difícil aceptar que todas las actividades de su hijo se vieran truncas, durante su primer año, fue entonces que comenzó el diseño con una consola de Xbox y una impresora 3D. El miembro se activa a partir de movimientos muy pequeños con el codo y Ryan comenzó a usarlo a partir de los 18 meses de edad.

Ahora el niño es capaz de realizar el 90% de sus tareas, fue un trabajo en conjunto con el laboratorio de innovación de la Universidad de Bangor; aunque su padre continúa perfeccionándolo junto al jefe técnico de Innovation Pontio, Wyn Griffith.

¡Juntos podemos hacer el cambio!