Lo primero que quiero que sepas sobre este tema, es que en el nacimiento humanizado se respetan los derechos de los padres y los niños mientras son atendidos en el momento del nacimiento, siempre cuidando la dignidad y autonomía de la mujer, pues se busca el nacimiento sin violencia.

En un nacimiento humanizado, la madre y el bebé son los protagonistas.

Para muchas mujeres, el escuchar sobre este tema, es algo totalmente nuevo. Al pensar en el nacimiento de un bebé, lo relacionamos con lo que hemos visto en películas o alguna historia que nos habrá contado algún familiar.

En mi experiencia, me enteré del nacimiento humanizado, después de recibir un correo electrónico de mi hermana María, en el que me compartía con gran preocupación un link que exponía todo lo relacionado a VIOLENCIA y NEGLIGENCIA OBSTÉTRICA.

Al leerlo, el impacto fue tremendo en mí, yo no quería vivirla ni que mi bebé llegara al mundo de una forma violenta y agresiva. En el mismo link recomendaban el nacimiento humanizado, y brindaban los teléfonos y correos electrónicos de los Centros de Educación Perinatal reconocidos en diferentes estados de la República. Para ese momento, ya sabía lo que NO quería para el nacimiento de mi hijo.

Llamé, me informé y asistí a mis cursos de educación perinatal, donde recibí una explicación amplia del nacimiento humanizado, lactancia, parto o cesárea, entre muchas cosas más.

Al pasar los días, iba obteniendo mayor información, fue así, como llegó a mi mente el siguiente pensamiento “DEPENDE DE MÍ… depende de mí, que mi hijo llegue a este mundo de una forma suave, amorosa, tranquila y respetuosa. Depende de mí que la primera experiencia de mi hijo al llegar a este mundo sea guardada en su subconsciente como algo hermoso y no como algo agresivo. TODO DEPENDE DE MÍ, Y VOY A HACER TODO LO NECESARIO PARA LOGRARLO”

Así que tomé acción, comencé a investigar cuáles eran los ginecólogos y pediatras que apoyaban el nacimiento humanizado, me acerqué a ellos y los entrevisté. Aunque suene extraño, a cada uno le realicé una serie de preguntas y gracias a sus respuestas, me quedé más tranquila.

Ellos me dieron confianza y me reiteraron que apoyaban la decisión que había tomado (tener un parto natural sin anestesia y en agua). Investigué hospitales, y elegí el único en Monterrey que tenía la opción de parto en agua.

Realicé mi plan de parto. “El PLAN DE PARTO” es un documento en el que la mujer puede expresar sus preferencias, necesidades, deseos y expectativas sobre el proceso de parto y nacimiento. (Puedes ver cómo elaborar un plan de parto aquí: Federación Matronas PDF )

Y así, cuando llegó el día del nacimiento de mi primer hijo, pude tener un parto humanizado, acompañada todo el tiempo de mi pareja, en un ambiente cálido, con luz baja, música, agua, apego inmediato piel con piel, corte tardío del cordón umbilical, y pude amamantar a mi bebé en la primera media hora de vida sin tener que darle suero glucosado y con alojamiento conjunto.

Todo esto, gracias a que los profesionales de la salud a los que contraté, dieron las órdenes al hospital sobre lo que yo quería; de no ser así, el hospital tiene sus protocolos y jamás hubiesen respetado mis exigencias si mis doctores de confianza no lo hubieran avalado.

¡Mujer, la información es la clave!. Así que aquí te dejo las 16 recomendaciones de LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD, respecto a este tema.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), estas 16 recomendaciones tienen por base el principio de que cada mujer tiene el derecho fundamental de recibir atención prenatal apropiada; que la mujer tiene un papel central en todos los aspectos de esta atención, incluso participar en la planeación, realización y evaluación de la atención; y que los factores sociales, emocionales y psicológicos son decisivos en la comprensión e instrumentación de la atención prenatal apropiada.

  1. Toda la comunidad debe ser informada sobre los diversos procedimientos que constituyen la atención del parto, a fin de que cada mujer pueda elegir el tipo de atención que prefiera.
  2. Debe fomentarse la capacitación de obstétricas o matronas profesionales. Esta profesión deberá encargarse de la atención durante los embarazos y partos normales, así como del puerperio.
  3. Debe darse a conocer entre el público servido por los hospitales información sobre las prácticas de los mismos en materia de partos (porcentaje de cesáreas, etc.)
  4. No existe justificación en ninguna región geográfica para que más de un 10 al 15% de los partos sean por cesárea (el porcentaje actual de cesáreas en Estados Unidos se calcula aproximadamente en un 23%).
  5. No existen pruebas de que se requiera cesárea después de una cesárea anterior tranversa del segmento inferior. Por lo general, deben favorecerse los partos vaginales después de cesáreas, dondequiera que se cuente con un servicio quirúrgico de urgencia.
  6. No existen pruebas de que la vigilancia electrónica del feto durante el trabajo de parto normal tenga efectos positivos en el resultado del embarazo.
  7. No está indicado el afeitado de la región púbica ni los enemas preparto.
  8. Las embarazadas no deben ser colocadas en posición de litotomía (acostadas boca arriba) durante el trabajo de parto ni el parto. Se les debe animar a caminar durante el trabajo de parto y cada mujer debe decidir libremente la posición que quiere asumir durante el parto.
  9. No se justifica el uso rutinario de la episiotomía (incisión para ampliar la abertura vaginal).
  10. No deben inducirse (iniciarse por medios artificiales) los partos por conveniencia. La inducción del trabajo de parto debe limitarse a determinadas indicaciones médicas. Ninguna región geográfica debe tener un índice de trabajos de parto inducidos mayor que el 10%.
  11. Debe evitarse durante el parto, la administración por rutina de fármacos analgésicos o anestésicos que no se requieran específicamente para corregir o evitar una complicación en el parto.
  12. No se justifica científicamente la ruptura temprana artificial de las membranas por rutina.
  13. El neonato sano debe permanecer con la madre cuando así lo permite el estado de ambos. Ningún procedimiento de observación del recién nacido sano justifica la separación de la madre.
  14. Debe fomentarse el inicio inmediato del amamantamiento, inclusive antes de que la madre salga de la sala de parto.
  15. Deben identificarse las unidades de atención obstétrica que no aceptan ciegamente toda tecnología y que respetan los aspectos emocionales, psicológicos y sociales del nacimiento. Deben fomentarse las unidades de este tipo y los procedimientos que las han llevado a adoptar su actitud deben estudiarse, a fin de que sirvan de modelos para impulsar actitudes similares en otros centros e influir en las opiniones obstétricas en todo el país.
  16. Los gobiernos deben considerar la elaboración de normas que permitan el uso de nuevas tecnologías de parto sólo después de una evaluación adecuada.
    Nos leemos en el proximo articulo.
    Bendiciones de mi corazón al tuyo.