La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera importante atender y prevenir cualquier padecimiento que se genere durante el embarazo, ya que si no se atiende puede que se presente preeclampsia, un trastorno que se presenta con hipertensión arterial, retención de líquidos y proteínas en la orina, los cuales determinan la gravedad de la afectación en leve moderada o severa.

De acuerdo a la Preeclampsia Foundation el diagnóstico oportuno de este trastorno es posible con estudios y un cuidado prenatal adecuado, lo cual puede demorar o predecir algunas de las consecuencias de la preeclampsia.

La ginecóloga especializada en obstetricia Olga del Mar Montero, asegura que las causas depende de varios factores, como: la genética, la condición de salud de la madre y el embarazo.

“Por ejemplo, en torno a la genética, el que la madre o abuela de la embarazada lo haya padecido, pude verse como un factor de predisposición, al igual que si ella ha tenido un embarazo previo en el que sufrió este trastorno.

(…) Algunos estudios indican que la poca exposición al semen de la pareja, es decir, cuando se lleva una corta relación con el padre o utilizaban métodos contraceptivos de barrera, podría generar un choque en el sistema inmunitario de la madre y producirse la enfermedad”, explica la ginecóloga.

La enfermedad se detecta después de la semana 20 de embarazo, pero se manifiesta por completo después de la 28. El ginecobstetra Wílmar García, dice: “es una enfermedad de la placenta. Si hay algún problema, en general inmunológico, esta no se pega bien y libera sustancias a la sangre de la madre que pueden afectarla seriamente.”

En algunas ocasiones, los síntomas aumentan, lo que puede desencadenar otras enfermedades como Síndrome de Hellp, una variedad de la preeclampsia o la eclampsia (convulsiones), de acuerdo a la doctora Olga del Mar.

Aunque muchas veces es imposible prevenirla, podemos evitar algunos riegos de la preecampsia, por ejemplo:

  • No fumar. El tabaco es dañino para la tensión arterial y esta a su vez dañará los vasos sanguíneos.
  • Peso. El sobrepeso y la obesidad favorecen a este trastorno, aumentando la hipertensión arterial y diabetes gestacional.
  • Ácido fólico. Es recomendable que bajo ninguna circunstancia se deje de consumir esta sustancia, que disminuye favorablemente en el riego de preeclampsia, además ayuda a evitar malformaciones en el bebé.
  • Dieta. Se debe incluir en la alimentación calcio, antioxidantes (vitamina C y E) además de consumir ácidos grasos omega 3, los cuales se encuentran en el pescado azul y que ayudan a recubre el interior de los vasos sanguíneos.